Médicos Sin Fronteras alerta sobre violencia generalizada contra la atención médica en Sudán del Sur


Médicos Sin Fronteras (MSF) alerta, en un informe hecho público este lunes, de las consecuencias sobre las personas más vulnerables en Sudán del Sur que están los ataques a los hospitales y la destrucción de las instalaciones médicas. Según MSF, estos ataques estarían negando el acceso la atención sanitaria a lo población sursudanesa.

Desde que el conflicto armado diera comienzo en diciembre, al menos 58 personas han sido asesinadas en los hospitales y éstos han sido saqueados o quemados en al menos seis ocasiones, según los datos recogidos por MSF en su informe ‘Violencia contra la Salud en el conflicto en Sudán del Sur’. “Estas cifras no son absolutas sino que representan, al menos, los incidentes de los que MSF tiene conocimiento en las zonas donde interviene o ha llevado a cabo evaluaciones médicas”, aclara la ONG.

Los hospitales han sido objeto de frecuentes saqueos en las ciudades de Bor, Malakal, Bentiu, Nasir y Leer durante períodos de intensos combates. El daño va mucho más allá de los actos de violencia en sí mismos y tiene como consecuencia que la atención médica se ve interrumpida justo en el momento en el que la población más vulnerable la necesita de forma desesperada.

Así, por ejemplo, el hospital de MSF en Leer (en el sur del estado de Unidad) fue arrasado al mismo tiempo que la mayor parte de la ciudad a finales de enero y principios de febrero. Era el único centro en un área donde viven alrededor de 270.000 personas que proporcionaba atención secundaria, incluyendo cirugía y tratamiento para el VIH y la tuberculosis. Edificios enteros fueron reducidos a cenizas y los equipos necesarios para intervenciones quirúrgicas, almacenamiento de vacunas, transfusiones y trabajo de laboratorio fueron destruidos.

MSF reanudó algunas actividades en mayo cuando la gente comenzó a regresar a Leer. Solo en las primeras tres semanas, los equipos atendieron a más de 1.600 niños y niñas con desnutrición. Sin embargo, la organización no puede facilitar los servicios que solía como vacunaciones rutinarias o cirugías de urgencia.

“Desgraciadamente, debido a esta crisis hemos perdido la pista de muchos de nuestros pacientes. Algunos de ellos podrían haber muerto si no han podido continuar su tratamiento”, afirma el doctor Mohammed Shoaib, coordinador médico de MSF. “Ahora hemos vuelto y estamos tratando a algunos de ellos, pero sólo podemos brindar una parte de los servicios que proporcionábamos con anterioridad. Por ejemplo, no existe una sola opción de cirugía en todo el sur del estado de Unidad”.

Los hospitales estales de Sudán del Sur han sido testigos de algunos de los peores episodios de violencia. En el Hospital Estatal de Bor, catorce pacientes y un miembro del personal del Ministerio de Salud fueron asesinados a tiros en diciembre. Otras catorce personas, entre ellas once pacientes que fueron tiroteados en sus propias camas, murieron en el Hospital Escuela de Malakal en febrero. En el Hospital Estatal de Bentiu 28 personas fueron asesinadas en abril, incluido al menos un integrante del Ministerio de Salud.

Médicos Sin Fronteras ha condenado en repetidas ocasiones este tipo de incidentes que han afectado en gran medida a su capacidad para prestar asistencia humanitaria en el momento en el que la gente más la necesita. En este sentido, MSF hace un llamamiento a todas las partes en el conflicto para que garanticen que todos los habitantes de Sudán del Sur puedan buscar atención médica sin temor a la violencia.

El objetivo del informe es fomentar el diálogo y crear conciencia sobre el impacto de la crisis en la prestación de la atención médica, y propiciar un cambio que garantice un acceso seguro a la atención sanitaria para la población de Sudán del Sur.

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