Los dos miramos su pelo rojizo
Y un verde escalofrío nos sacudió
La esperanza.
Quisimos amarla
Pero amarla juntos
Llevándola a las montañas
Del aquí no se legisla.
Y besarla por turnos
Incluirla
Es decir
Refundirnos sin acatarnos.
Pero surgió la voz de la propiedad amada.
Ahora ellos viven felices
Y si me recuerdan
jamás me nombran.
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