La vida importa,
aunque el camino recto
acabe siempre en callejones sin salida.
Importa contar historias,
hacer equilibrios sobre la cuerda,
disipar el miedo.
La vida importa,
aunque encontremos oasis
tan sólo de agua salada,
aunque la música que suene
sea tan sólo un baile de burdel.
Importa mantener en pie nuestra palabra,
aunque se tambalee por calles
de automóviles oscuros,
aunque la hayamos vendido alguna vez,
seguramente por amor,
aunque quién sabe.
La vida importa,
la que hacemos nuestra
con un amor acompañándonos
a cuya muerte no sobreviviremos.
Aunque el odio camine con zancos
por encima de las cosas,
aunque el amigo de todos
sea un vendedor de cuchillos,
aunque tan sólo crean a los mismos
que intentan dejarnos ciegos,
la vida importa.
Importa su brillo superviviente,
su tozudez de alcohólico irredento.
Aunque el horror no lo disipe el humo,
ni el bourbon caro,
ni los ojos entreabiertos de la bruma.
Aunque no haya nada que decir,
la vida importa.
Aunque sepas que al final
todos los hombres mueren derrotados.
No hay comentarios :
Publicar un comentario