Muertes por causas prevenibles, violencia, pobreza, hambre y explotación laboral fueron algunos de los flagelos que en 2014 continuaron azotando a los niños en el planeta, pese a la consolidación de importantes avances en la protección de sus derechos.
Conflictos como los de Iraq, Ucrania, Siria, Sudán del Sur y República Centroafricana, auge del extremismo en regiones de Asia y África, epidemias y las crecientes desigualdades en el desarrollo y el acceso a los recursos constituyeron un complejo escenario para los menores de 18 años.
El cambio climático, los multimillonarios gastos militares, la falta de inversiones en salud y educación, y el empleo con fines negativos de los avances en las tecnologías de la Información y la Comunicación, también afectaron a los pequeños en diversas latitudes.
A 25 años de adoptada la Convención sobre los Derechos del Niño en la Asamblea General de la ONU, mucho queda por hacer para materializar lo plasmado en el preámbulo y los 54 artículos del instrumento internacional más ratificado de la historia, con 194 países.
Debemos celebrar el cuarto de siglo de la Convención, pero por encima de todo debemos asumir el compromiso de impulsar los derechos de cada infante, sobre todo de los que han quedado atrás y los que más nos necesitan, afirmó el 20 de noviembre el secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki-moon, a propósito de la fecha.
En ese sentido, demandó soluciones innovadoras para los problemas que golpean a los hombres y mujeres del futuro, destinar mayores recursos a su bienestar y progreso, y principalmente, voluntad para colocarlos en el centro de las agendas políticas, económicas y sociales.
Estadísticas y hechos hablan por sí solos
Datos del Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) reflejan el fallecimiento a diario de 17 mil niños en el planeta, la mayoría en países del Sur y por causas prevenibles, mientras cada 10 minutos una niña o adolescente muere en algún lugar por la violencia.
Causan dolor los alrededor de tres millones de menores de cinco años que pierden la vida por la desnutrición anualmente, y los 230 millones (uno de cada tres en el mundo) no registrados al nacer, lo cual los convierte en seres humanos sin oportunidades, al no contar en documentos oficiales.
Respecto a la pobreza, al menos 400 millones de seres humanos sumidos en ella tienen menos de 12 años.
Por su parte, estadísticas de la Organización Internacional del Trabajo muestran a 168 millones de infantes sometidos a explotación laboral, una cifra bien inferior a la existente en 2000 (246 millones), pero muy preocupante.
Según el ente especializado de la ONU, la mitad de esos pequeños realizan trabajos peligrosos, y Asia, el Pacífico y África Subsahariana siguen como las áreas geográficas más afectadas por el fenómeno.
La esclavitud sexual, el tráfico de órganos, la deserción escolar y otros males están lejos de ser un problema del pasado.
De acuerdo con la representante especial del Secretario General para la Violencia contra los Niños, Marta Santos, otra amenaza para los menores está dada por las cada vez más tempranas edades con las cuales acceden a Internet y las redes sociales.
Son víctimas de los depredadores sexuales, el acoso, la intimidación y los contenidos pornográficos y violentos, que convierten a la red de redes en un medio inseguro para ellos, alertó a mediados de octubre durante un debate de la Tercera Comisión de la Asamblea General.
Santos lamentó que para millones de niños, la Convención adoptada el 20 de noviembre de 1989 sea una promesa rota, en buena medida por dificultades sociales y recortes en los gastos gubernamentales.
Más conflictos, más niños afectados
La agresión israelí a la Franja de Gaza, la entrada de Siria en el cuarto año de conflicto, la ofensiva de los fundamentalistas del Estado Islámico en Iraq, los ataques de Boko Haram contra los estudiantes en Nigeria, la crisis en Sudán del Sur, los bombardeos en Ucrania contra los federalistas del Donbass y los enfrentamientos interétnicos en la República Centroafricana conforman un panorama devastador en el cual los pequeños llevan la peor parte.
En Gaza, las bombas y las incursiones terrestres sionistas dejaron 516 niños muertos y miles de heridos, algunos de ellos con daños permanentes.
Muchos quedaron huérfanos, perdieron sus hogares o vieron afectadas sus clases después de los 50 días de agresión, en julio y agosto.
En otros conflictos, los asesinatos y los desplazamientos también golpearon a decenas de miles de infantes, quienes además sufrieron el reclutamiento forzado como niños soldados.
Los menores representan las primeras víctimas de las crisis, durante las cuales son detenidos, maltratados y obligados a combatir, sin olvidar que pierden sus escuelas, condenó la enviada especial del Secretario General para los Niños y los Conflictos Armados, Leila Zerrougui.
Particular rechazo generaron en 2014 los reiterados ataques de la milicia fundamentalista islámica Boko Haram contra centros docentes en el norte nigeriano, donde masacró a estudiantes y secuestró en el estado de Borno a 200 alumnas, cuyo paradero se desconoce desde abril.
Bloqueo contra Cuba, un atentado contra la niñez
En la propia Tercera Comisión, órgano encargado de los asuntos sociales y humanitarios, Cuba denunció el impacto en la niñez del bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por Estados Unidos a la isla.
Los niños están entre las víctimas inocentes del cerco aplicado por más de medio siglo, una medida unilateral con daños humanos imposibles de calcular, precisó el diplomático Jairo Rodríguez.
De acuerdo con el funcionario de la Cancillería, la salud es uno de los sectores golpeados con severidad por el bloqueo.
Varios medicamentos antivirales para menores de edad no están disponibles, porque las compañías norteamericanas que los producen no responden las solicitudes de nuestras empresas o alegan que no pueden comerciar con ellas, subrayó.
Rodríguez afirmó que la peor forma de violencia contra los infantes es negarles el derecho a la vida.
Asimismo, recordó que pese al cerco, el país caribeño muestra notables resultados en la atención a la niñez.
"Hoy en Cuba, el hambre, el analfabetismo, la insalubridad y la discriminación de los niños y las niñas, son solo un mal recuerdo en las páginas de nuestra historia", dijo.
En ese sentido, señaló que antes de 1959 la tasa de mortalidad infantil era de 60 por cada mil nacidos vivos, reducida en la actualidad a 4,2, a la altura de naciones desarrolladas, mientras la totalidad de los pequeños son vacunados al nacer contra 13 enfermedades transmisibles.
Altos funcionarios de Naciones Unidas llamaron en el año que concluye a priorizar los derechos de los niños en la agenda post-2015 de desarrollo sostenible, que dará continuidad a los Objetivos del Milenio.
Las metas fijadas en Nueva York, durante la Cumbre del Milenio celebrada en 2000, han mejorado el panorama en varios aspectos.
Sobresalen la reducción en la mortalidad infantil, el aumento de la incorporación a las aulas y las 13 millones de vidas salvadas entre 2002 y 2012 por las vacunas.
A partir de tales avances, la ONU espera que la agenda post-2015 ayude a consolidar los logros y sirva de plataforma para erradicar la pobreza y atenuar otros fenómenos que afectan a los pequeños en el planeta.
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