03. La existencia de Jesús: Una realidad histórica


Hay quienes levantan la voz en contra de la existencia de Jesús planteando como argumento que son muy pocos los testimonios no cristianos que ofrecen alguna mención sobre su persona. Por el contrario, es muy lógico que esto sea así, y me atrevo a decir que la abundancia de autores paganos contemporáneos a Jesús refiriéndose a Él hubiera sido, digamos, sospechoso.

Tengamos en cuenta que la vida en la Tierra de Jesús transcurrió en la región de Palestina, dominada por el Imperio Romano, dividida en cuatro provincias (Galilea, Samaría, Judea y Perea) y con una extensión total de unos 30.000 km2  [1]  formando parte de un imperio cuya extensión, al morir el Emperador Augusto (año 14 d. C.) era de 3.339.500 km2 [2] . Palestina representaba menos del 1 % del total de la superficie romana de aquel momento. Nos encontramos ante una región muy pequeña (tengamos en cuenta que la provincia de Entre Ríos tiene una superficie de 78781 km², es decir, casi el triple de prolongación)[3]. A nivel países, para dar ejemplos contemporáneos, los dos estados independientes más cercanos en superficie a la Palestina de los tiempos de Cristo son Lesoto y Armenia[4]. Tenga a bien, estimado lector, buscar en su memoria cuántas veces, en pleno siglo XXI y en la era de la información al instante, ha visto noticias referidas a alguna de estas dos naciones que estoy mencionando. Nunca o prácticamente nunca, al tratarse de estados muy pequeños y sin grandes sucesos que ofrecer. Pues ahora pongamos a volar la imaginación, y retrocedamos dos mil años en el tiempo, al primer siglo de la era cristiana. ¿Qué noticias podía generar más allá de las fronteras de la desapercibida Palestina la figura de Jesús?

«Son muy pocos los textos no cristianos y no judíos que datan de una época cercana a la existencia de Jesucristo y se refieren a su figura. Ello es debido a que, durante su corto ministerio, Jesús el Nazareno no pasó de ser para el mundo de su época un mero problema de orden público, y además muy localizado, sin relevancia más allá de las fronteras de una Galilea y una Judea de escasa importancia en la inmensidad del Imperio romano, y a cuya trascendencia histórica fueron ajenos todos los que lo conocieron»[5].

En realidad, desde el lado del judaísmo podemos encontrar, si bien no un testimonio concreto sobre Cristo en lo que voy a referir, sí un indicio de lo extendido que estaba la creencia en Él como el Señor pocas décadas después de su muerte en la Cruz: Alrededor del año 85 la duodécima de las Dieciocho bendiciones – Shemoneh Esreb, una de las plegarias más importantes de las sinagogas – fue reformulada, de forma que incluía una maldición contra los minîm o herejes, principalmente contra los judíos que creían que Jesús era el Mesías[6].

Como conclusión a este capítulo, me veo en la obligación de decir que nadie con un mínimo de cultura  - hago esta salvedad porque nunca faltan aquellos que quieren dictar cátedra de temas que desconocen absolutamente – puede en la actualidad pretender negar que en el siglo primero de nuestra era existió en Palestina la persona que nosotros los creyentes llamamos Jesús de Nazaret, y al cual consideramos hijo de Dios. Otra cosa muy distinta, y para intentar aclarar esas cuestiones en la medida de mis posibilidades presento esta modesta obra, es la consideración de cada uno sobre quién era el tal Jesús. Para algunos, se trata de alguien sobresaliente en sus enseñanzas, un modelo a seguir, un soñador que se enfrentó a los poderosos y sucumbió ante ellos.

Con la premisa que la existencia de Jesús es una realidad histórica, lo que las siguientes páginas tratarán de exponer es en primer lugar la credibilidad de las principales fuentes que nos hablan de Jesús, para luego meternos de lleno en la cuestión central de nuestra fe: La divinidad de Cristo y su resurrección de entre los muertos.



[1] Mirta Villanueva de Di Pasquo: El relato de Dios. Parte I: El Nuevo Testamento. Ed. Dunken. Buenos Aires. 2013.

[2] Demografía del Imperio Romano. En internet: https://es.wikipedia.org/wiki/Demografía_del_Imperio_romano

[3] Provincia de Entre Ríos. En internet: https://es.wikipedia.org/wiki/Provincia_de_Entre_R%C3%ADos

[4] Países por superficie. En internet: https://es.wikipedia.org/wiki/Anexo:Pa%C3%ADses_por_superficie

[5] Luis Antequera: El Cristianismo desvelado: Respuestas a las 103 preguntas más frecuentes sobre el Cristianismo, II. Ed. EDAF. Madrid. 2007.

[6] Raymond E. Brown: El nacimiento del Mesías. Comentario a los relatos de la infancia. Ediciones Cristiandad. Madrid. 1979.

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