Puntos destructivos


Aquí nos toca estar. El por qué...
Bueno, no lo se con exactitud...
Tampoco me conforma mucho saber
que quizá nadie tenga la respuesta...
No debe ser para inmolar
nuestras arrugas, sembrando vientos,
cosechando tempestades, devaluando
la emoción, la conciencia, las mañanas.
Este peregrinar con sabores indiscretos
en los labios de la virtud
no me otorga garantías;¿Somos una
realidad o resultados de una encuesta?
Distingo flores, lluvia, indiferencia,
estafas, felicidad y lamentos;
en el mundo que se mueve más allá de
mi nariz hay menos puertas que ventanas.

Uno gira sobre el eje de unos labios
de vainilla entre barcos de arena,
mientras se muere el día de mañana
un rato antes de nacer prematuro,
no hay notario que registre las huellas
de nuestras alegrías borroneadas,
del canto de los pájaros, de las lágrimas
multitudinarias en las mejillas,
en fin, solo queda algún testimonio de
las flechas que dispara la condena;
de las pirámides que curva el desatino,
faraones escupiendo bromuro;
pero siempre habrá vida si entre fisuras
quedan sonrisas en forma de cascada,
y las palabras de aliento con su
encanto van dejando sus semillas.

El reloj biológico nos corre a todos,
el incendio del corazón deja cenizas,
entre sombras y escombros rechinan
los dientes, viejos reyes sin corona
los humanos somos todos testaferros
del dolor que duele por insistente,
se le suele poner un valor más alto en
la oferta y la demanda al miembro
viril que al cerebro, se olfatea la
soledad y se malvenden las sonrisas,
ampollas, penumbras, pestañas del
rencor embrujado, debajo de la lona
se acostumbran a viajar nuestras apariencias,
la mesa la sirve el obsecuente,
el rancho es cascoteado a diario, estornuda
el deshonor mientras yo tiemblo.

Vivir debería ser un sueño pero a veces
(demasiadas) se transforma en pesadilla,
nadie espera que sea un chiste pero sí
ver menos verdugos por la ventanilla
de los puntos destructivos...

Vivir debería ser más veredas soleadas y
menos nudos, menos cartas de despedidas
y miradas de reojo, sangre en cada ruta
consecuencia de que ha impuesto la bebida
su reinado improductivo...

Me atrevería a decir que son pocos los que
saben por qué siguen subiendo la cuesta,
la mayoría desechamos la esperanza al
primer golpe cansados de no remar,
sobran paganos besándole las piernas al
escándalo, el equilibrio con pasamontañas
en la cabeza se desliza entre arenas
movedizas, Pedro es adicto a la negación.
Somos trompos dando vueltas sin sentido,
nómades, salvajes, solitarios en la resta
de la suma de muchedumbres solitarias,
corriendo ¿A donde iremos a llegar?
Si no hay mapas que señalen la tierra prometida,
los muñecos de nieve con guadañas
amenazan nuestros hocicos animales escarchados
de promesas de singular atracción.

Acostarse sobre los hombros del tal vez
no es la solución más recomendable,
tampoco esperar que al ciclón del destino
se le antoje decidir por nosotros,
ni salir del cascarón con pierna renga y ojeras
vanidosas, ni pantuflas con espinas,
ni ser alérgico a las batallas contra nuestra
necedad, ni andar ametrallando telarañas
en la niebla. No le deseo a nadie enviudar
de contraseñas en tardes insoportables
del invierno más austral, ni subirse al
escenario "del culpable son los otros";
el problema empieza a tener puerta y llave
cuando los borrachos en las cantinas
tienen propuestas más serias para encausar
un país que los políticos en campaña.

¿A qué hora se peina la crueldad? ¿Quién
le sirve el desayuno al desamparo?
¿Qué perfume prefieren los rumores
malintencionados?¿Por qué en el reino
de los ciegos todo es mímica?¿La humanidad
jamás se entenderá a si misma?
¿Qué cambia si no me importa cambiar nada?
¿Quién se pierde fotografiando sombras?
¿Por qué el ladrido es más común que
la caricia? ¿La ternura está en paro?
¿De vacaciones?¿Por qué ríe solamente el
desquiciado?¿Es mejor fruncir el ceño?
¿Qué sirve más: Filosofar u obrar? ¿Las
trompetas solo anuncian sofismas?
¿Por qué se empaña el espejo cuando me
miro y los amuletos no me nombran?

Vivir debería ser menos fusiles e
indultos y más motivos para celebrar,
nadie espera ganar todo en el casino
pero al menos tener para deshojar
más margaritas que alfileres...

Vivir debería ser menos chaparrón y más
aguacero, más comedia que terror,
pero entre tanto vuelto no devuelto
la culpa del naufragio del amor
es de aquellos que no hacen los deberes...

Y termino con más preguntas que con las que empecé,
contrabandeando el hastío con el que tropecé,
se que las horas son asesinas que no suelen fallar,
que las bellas durmientes descansan en bares,
que mañana hay que sobrevivir a los malabares
del tedio en la rutina de ir a trabajar...

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