La dramática resistencia de una menor a su boda forzada rompe el silencio sobre este abuso

Las nuevas imágenes de la boda forzada de una menor avergüenzan a al mundo

Una menor muestra una desgarradora resistencia al matrimonio al que se ve arrastrada en Kazajstán

Ningún adulto acude en su socorro, sólo intervienen para vencer por la fuerza su negativa

Un abuso silencioso que se padece también en Europa y en España


Una niña se resiste desgarradoramente al matrimonio al que la arrastran en Kazajstán. Nadie la socorre: usan la fuerza para vencer su resistencia.

Las imágenes de una nueva boda forzada avergüenzan al mundo. Una práctica bárbara, que obliga a las niñas a contraer matrimonio sin amor con hombres que apenas conocen. A menudo, las familias de las víctimas están de acuerdo porque el novio les paga mucho dinero. Es una tradición anticuada y horrible, impropia del Kazajstán moderno, pero como muestra este vídeo se sigue produciendo. Es el también  el gran abuso silencioso en las sociedades europeas. Y se extiende silenciosamente. 

El vídeo, grabado  en Kazajstán con un teléfono móvil y que recoge el diario británico Daily Mail, muestra el momento en el que una adolescente llega a la casa de su futuro marido en Akmola (Kazajstán). La menor está sentada en la parte trasera de un coche llorando y suplicando que la llevaran a su casa. Fuera suena la música tradicional de Kazajstán, mientras los invitados esperan al enlace.

Dos mujeres consiguen sacar a la  menor del coche, que sigue sollozando mientras extienden sobre ella una alfombra nupcial, le lanzan flores y le preparan un pañuelo especial llamado Oramal que la chica debe aceptar para mostrar su consentimiento al matrimonio. Una vez fuera del vehículo, la pequeña se lanza al suelo, negándose a ponerse de pie. En ese momento, se acerca un hombre que la levanta en vilo y la lleva hasta la puerta de su domicilio. En la puerta sigue mostrando resistencia y tres personas la obligan a atravesar el umbral de la puerta.

Lo más sorprendente de las imágenes es la naturalidad con la que se comportan todos los adultos que contemplan la escena, que no hacen nada por ayudar a la menor, ni ponen ningún tipo de impedimento a las personas que la sacan a la fuerza del coche y la llevan hasta la casa.

En la mayoría de los países, el rapto de novias es considerado un delito sexual. Este tipo de matrimonios son habituales y se llegan a pactar secuestros para obligar a la mujer a aceptar el enlace pactado por su familia. 

Bodas concertadas de acuerdo con costumbres atávicas y aberrantes. Niñas de 10 a 16 años, obligadas a casarse con desconocidos, muchas veces con parientes, a cambio de una dote pactada por sus padres.  En España, se estima que unas 400 mujeres son víctimas cada año de los llamados “matrimonios de honor”. Una de cada cinco es una niña.  Y esta pesadilla no deja de extenderse, cobijada bajo el paraguas de la diversidad cultural. Cataluña, Madrid, Andalucía y Canarias son las comunidades donde se han detectado más casos de matrimonios forzados.

La mayoría de casos de matrimonios forzados ocurren entre ciudadanos musulmanes, a pesar de que buena parte de los musulmanes desaprueben esta práctica. Países como el Reino Unido ya han reconocido la gravedad de este desafío contra los derechos humanos.   

En 2012, el Gobierno de David Cameron cambió el Código Penal para introducir el delito del matrimonio forzado, que conlleva penas de hasta seis años de cárcel para los parientes de la mujer que lo hayan concertado en contra de su voluntad.  Reino Unido creó, además, una unidad especializada de la Policía para recibir las denuncias de las víctimas y perseguir esta aberrante práctica.  En el primer año, la nueva unidad policial recibió 1.735 solicitudes de intervención en casos de matrimonios forzados. 

Otros países como Bélgica, Alemania, Francia y Noruega han seguido el camino del Reino Unido, creando un tipo penal específico para los matrimonios forzados y especializando a sus cuerpos de seguridad en su erradicación.

Las denuncias representan sólo una pequeña parte de la realidad de los matrimonios forzados.  Por eso, tan importante como cambiar el Código Penal, es especializar a la Policía en la detección y persecución de esta práctica y en el rescate de las víctimas. Se necesita una unidad policial especializada y un programa específico de rescate y apoyo a las víctimas. 

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