Alimento, agua, aire limpio y refugio: los cuatro elementos necesarios para gozar de buena salud están amenazadas por este progresivo fenómeno
Cierre los ojos y piense en los efectos devastadores del cambio climático. Seguro que le vienen a la mente más imágenes de osos polares pereciendo o de cascadas sin aguas que de enfermos de dengue en España y de niños malnutridos, pero ellas también forman parte del paquete de lo que no queremos que pase. Alimento, agua, aire limpio y refugio: las cuatro cosas necesarias para tener buena salud están amenazadas por el cambio climático, según el último informe del Panel Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC).
El calentamiento global no es sólo una cuestión ambiental, es también, entre otras, “un asunto de salud pública” por eso la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha exigido esta semana ser parte de las negociaciones internacionales para acordar un tratado internacional de reducción de emisiones.
“La OMS lleva años siguiendo el tema, pero la evidencia de que el cambio climático ya está afectando muy negativamente a la salud, y, sobre todo, el informe que nos dice que la contaminación atmosférica causa más de siete millones de muertes año son lo que nos lleva a querer influenciar las decisiones que se tomen sobre el tema”, explica la directora de Salud Pública y Medio Ambiente de la OMS, María Neira, en una entrevista con Efe.
Neira ha sido esta semana una de las voces principales de la primera conferencia mundial sobre “Cambio Climático y Salud” que ha reunido en la sede de la OMS, en Ginebra, a destacados científicos, médicos, representantes políticos, diplomáticos y empresarios. ”La evidencia de que el cambio climático amenaza la salud humana es abrumadora, pero existen soluciones y necesitamos actuar ya para ponerlas en marcha”, subrayó la directora de la OMS, Margaret Chan en la inauguración.
En la misma línea hablaron el resto de altos representantes, desde la secretaria de la Convención de Cambio Climático de Naciones Unidas, Christiana Figueres, al Príncipe Carlos de Inglaterra, por videoconferencia: el acuerdo internacional de cambio climático que se persigue es también “un acuerdo de salud pública”.
Pero ¿Por qué la comunidad científica sostiene que el cambio climático es la mayor amenaza actual para la salud? Entre otras cosas porque las condiciones que traerá alterarán la temporada de cría y la distribución geográfica de mosquitos, garrapatas y caracoles, los mayores distribuidores de enfermedades.
Neira reconoce que a la OMS le preocupa especialmente la expansión de la malaria, que mata a un millón de personas al año, la mayoría niños, y del dengue, como advierte último informe del IPCC, cuyas previsiones hablan de billones de personas infectadas por dengue en 2080 debido al cambio climático.
Extensión de enfermedades infecciosas
Un estudio recién publicado por la Universidad de East Anglia, en Reino Unido, indica que el dengue podría extenderse por el sur de Europa debido al calentamiento y afirma que el sur y litoral mediterráneo español serán la zona de “mayor riesgo”. “Sabemos también que habrá un impacto en la producción agrícola que puede aumentar la desnutrición”, añade Neira.
La aumento de temperatura y la falta de agua elevaría el número de personas desnutridas tan solo en África Subsahariana en un 40 % en 2050, según otro estudio publicado esta semana por la Alianza por una Revolución Verde en África (AGRA).
El profesor de Ingeniería Ambiental y Ciencias Atmosféricas de la Universidad de Harvard, Daniel Jacob, sostiene también que la contaminación del aire empeorará debido al cambio climático, especialmente el ozono troposférico, que suele dispararse con las altas temperaturas como ocurrió en 2003 durante la ola de calor que sufrió Europa.
El aumento de los incendios empeoraría también la calidad de los casi seis litros de aire que inspiramos y espiramos por minuto; y con ello toda una serie de enfermedades como dermatitis, conjuntivitis, rinitis, y asma.
A la OMS le inquieta también el incremento que se prevé de casos de cáncer de piel, de golpes de calor y de depresión en los supervivientes de desastres naturales, que según las previsiones podrían incrementarse en frecuencia e intensidad. Por eso, la comunidad de la salud, concluye Neira, quiere que su voz se escuche en la toma de decisiones en cambio climático. A la hora de combatirlo está en juego salvar millones de vidas al año.
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