Si no estás empadronado, no eres nadie
(Lema de una campaña publicitaria del Ayuntamiento de Sevilla,
algunos meses antes de las elecciones municipales de 1999)
En la acera duerme
un hombre desnudo.
Nadie ha mendigado
la delgada sombra
como un perro flaco.
Una mujer roba
dos manzanas verdes.
Nadie entierra el llanto
en la almohada sucia
de la sucia celda.
Un albañil pierde
pie en el quinto piso.
Nadie ha cultivado
desde el sol al sol
campos de chatarra.
La vieja sirena
salda sus orgasmos.
Nadie se maquilla
ojeras de fiebre
bajo una farola.
Un niño respira
barro y pegamento.
Nadie mengua lunas
de vidrio blindado
por mamar en vena.
Un cadáver joven
se hincha a la deriva.
Nadie tiembla en brazos
del agua salvaje
muy lejos de casa.
El loco nos mira
con ojos de loco.
Nadie le discute
de amor y de guerra
a la estatua ecuestre.
Un viejo sin dientes
me espera en mi espejo.
Nadie ronca al raso
sueños arruinados
en mi propia puerta.
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