Iván Mariscal - Parábola del miedo (la historia de la chica que camina)

Os voy a contar una historia terrible:
una muchacha camina en medio de abril
y es hermosa, y se siente sola y tiene miedo.
A su espalda lleva escuchando un minuto
el latir de unos pasos que la siguen.

La muchacha camina y mira de reojo,
comienzan a sudarle las manos,
apresura el ritmo,
busca formas de despiste,
una manera de huir,
pero nota que el chico sigue, inexorable,
aguardando sin perderla de vista,
poniendo los compases a su desazón.

La muchacha que camina aminora ahora velocidad,
deshace el tintineo de los pasos,
espera que resulte y la adelante,
que él sólo sea un chico que pasea
contemplando un rato su belleza de abril.
Entonces él lo hace y ella respira
mientras lo ve alejarse,
elegante y tranquilo,
pensando aliviada que sólo es un chico
sumergiéndose en el sumidero de la ciudad.

Así es, poco más o menos, 
la historia terrible de la chica que camina.
Sólo hace falta un detalle, digamos narratológico,
para tomar dimensión exacta de su intención.

Esta historia terrible está contada 
desde el punto de vista del verdugo.

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