Hace unos días, el diario argentino Clarín publicaba una nota referida a un estudio del Instituto Cervantes, dando cuenta de que la lengua española es, por primera vez, la segunda más hablada en el mundo.
Las 548 millones de personas que hablan o estudian español en todo el planeta, colocan a nuestro idioma solo por debajo del mandarín y por primera vez sobre el inglés.
Estados Unidos es el país donde más ha crecido el español en los últimos años, debido al aumento de hispanos residiendo en el gigante del norte. El propio estudio calcula que para mediados de este siglo Estados Unidos será el primer país hispanohablante del mundo, con, al menos, 133 millones de hispano parlantes, duplicando ampliamente y casi triplicando la cantidad actual, que ronda los 52 millones.
En internet
En cuanto a la web, el español se ubica en tercer lugar, con 7,8 millones de internautas, detrás del inglés (26,8 millones) y del mandarín (24,2). El español es la segunda lengua que más twits publica, solo superada por el inglés, y ocupa el último escalón del podio de Facebook, también detrás del inglés y el mandarín.
Y entonces me pregunto, todo este "crecimiento", ¿Para qué?
Si cada vez se escribe peor... Más que "crecimiento del español", deberíamos hablar de una cada vez más extendida "agresión al español".
Y no recaigamos exclusivamente en el adolescente que roza la adicción a las redes sociales y a la mensajería instantánea que, ni leyó un libro ni posará los ojos sobre el tipo de artículos que advierten sobre la pésima escritura actual; hay muchos comunicadores sociales, políticos, ejecutivos que ocupan lugares públicos de mucha jerarquía que escriben muy mal (y no me refiero al error circunstancial, donde el inconsciente, y en el orden virtual, la prisa a la hora de escribir nos puede jugar una mala pasada). Pensemos en individuos que siempre han escrito mal y a los que la masividad de las comunicaciones han dejado en evidencia.
Y quiero dejar algo en claro: No se puede depender del corrector de Google, Mozilla o Word para escribir bien. ¿Es tan difícil - y prometo citar tan solo un ejemplo con el solo objetivo de que pueda terminar de redactar esta entrada algún día - entender que valla es un armazón publicitario o el obstáculo que los corredores deben saltar en competencias de atletismo; y que vaya es una persona del singular del presente de subjuntivo del verbo ir.
Una más, porque me tenté: ¿Tanto cuesta entender que se escribe yendo y no llendo?
Por eso me pregunto, ¿Para qué tanta algarabía con el crecimiento de personas que hablan y escriben en español, si la calidad del lenguaje - y sobretodo de la escritura - está evidentemente en retroceso?
Brindaré el día en que este aumento estadístico vaya de la mano con una mayor capacidad de, al menos, escribir bien las palabras más sencillas.
Por último, quiero demostrar con un ejemplo como nos deja en evidencia (principalmente a quienes poseen un lugar importante en nuestra sociedad) escribir con errores de ortografía:
Mariano Torrent
2014
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